Chile : La estrategia del olvido

Por: Carlos Casanueva Troncoso

              “Nada está olvidado, nadie está olvidado”, reza la consigna que millones de sobrevivientes al “Plan Cóndor” levantan como bandera para reivindicar la memoria colectiva de probablemente las más duras décadas de la historia contemporánea Latinoamericana, entre los años 70 y 80.

Y si aquella es nuestra bandera, no es extraño que del otro lado de la vereda, del lado de los agresores, exista un empeño sistemático en el olvido, en la consigna fácil de un futurismo sin raíces ni traumas, que llama a la justicia venganza y a la denuncia resentimiento.

Treinta y cinco días en huelga de hambre llevan los ex presos políticos en Chile en la búsqueda de saldar una deuda pendiente del Estado chileno. Exigen un mayor protagonismo del Gobierno en los procesos por delitos de lesa humanidad y la mejora de las pensiones de reparación que resultaron justamente lo que anuncio Ricardo Lagos, cuando aún era presidente: “simbólicas y austeras”, al tiempo que señalaba que aquellos más de 28.000 testimonios recogidos por la Comisión Valech, a quien se le encargo la tarea (hoy suman más de 40.000), no serían conocidos sino hasta 50 años después de ese anuncio, asegurando con ello la impunidad de los culpables, salvados de muerte natural de enfrentar sus responsabilidades.

La protesta en sí, que hoy ha logrado establecer una mesa de negociaciones con el gobierno de Bachelet, ha logrado además poner en el tapete el tema de la dictadura militar y sus consecuencias en todo ámbito, incluida su herencia mayor: Una Constitución nacional de origen espurio, que a 24 años del término de la dictadura pinochetista, aun define los destinos de la patria, a pesar de los avances y reformas, funcionando como una suerte de pesada cadena que amarra el porvenir de los chilenos al paraíso neoliberal , perpetuando su legado económico y político , hasta nuestros días.

Pero el legado dictatorial probablemente vaya mucho más allá de aquellos ámbitos, posiblemente sea el grado de penetración cultural, tras 18 años de monologo comunicacional, el que haya hecho mayor mella, enquistando el conformismo y la indiferencia, el individualismo inconmovible y la inmutable capacidad de aguantar un destino de injusticias.

Solo hace unos días dos jóvenes fueron asesinados por un civil cuando rayaban un muro en el contexto de una movilización estudiantil, las declaraciones no se hicieron esperar: las de quienes exigían justicia y las de quienes justificaban el hecho poniendo al mismo nivel el derecho a la vida y el derecho a la propiedad, develando con ello la vigencia en el imaginario de la vieja tesis de “Si los mataron, por algo abra sido”, tan común de los obscuros años de dictadura militar.

Ambos hechos, la justa protesta de los Ex presos políticos y de los jóvenes asesinados dan cuenta de una herida abierta, que no termina de sanar y que no tendrá alivio mientras los amarres de la dictadura sigan vigentes, mientras no exista verdad, justicia plena y reparación integral, mientras una nueva Constitución, hija de un proceso democrático, participativo, protagónico y popular no dirija los destinos de todos los chilenos y chilenas y mientras no seamos capaces de avanzar sin miedo hacia una democracia de un nuevo tipo , capaz de dar respuesta a las necesidades del pueblo y sus anhelos de justicia, paz e igualdad, cosa que solo será posible en Socialismo.

Caracas, 18 Mayo del 2015

Carlos Casanueva Troncoso

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Internacionalista Chileno, profesor de Historia y Geografía, militante comunista y miembro del Movimiento Continental Bolivariano